No me gusta la gente extrema porque los extremos siempre llevan a caos, hipersensibilidad y perjuicios. Pocas personas tienen ética y moral y de esas pocas hay muchas que se lo creen y pocos la poseen.
No creo en los animalistas que defienden la vida animal antes que la de un ser humano, no creo en los vegetarianos que lo que se quieren es comer un chuletón en la barbacoa y les importa una mierda en qué plaza fue asesinado el toro. No creo en el que recicla para cambiar el planeta y compra 5 kilos de plástico y dos de comida. No creo en los ambientalistas que la poda de un árbol le duele más que el hambre en los países más pobres. No creo en el feminismo que se llena la boca gritando igualdad cuando realmente lo que quieren es mninimizar al sexo opuesto. No creo en los que dicen "No me gustan los niños", porque prefieren llenarse de perros a perderse la sonrisa de un ser humano que carece de maldad. No creo en los que odian las redes sociales y no pueden vivir sin wifi. No creo en los que se quejan del sistema no para acabar con la corrupción sino para corromperse. Tampoco creo en la religión porque para tener fe no se necesita tener un dios sino creer en ti mismo. No creo en juzgar el sexo o la posición política de alguien porque cada quien hace con su vida lo que le de la gana (siempre y cuando no le haga daño a nadie). . Creo en el poder masivo y destructivo del ser humano, creo en el desarrollo individual y el respeto colectivo (aunque se extinga). No creo en la gente absurda que se preocupa por todo y no le importa nada
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